Testimonio de José Ignacio Iraldo Bedoya

Entrevistador: ¿Puede presentarse y explicar su rol en el equipo?

Bedoya: Soy productor de televisión local en el canal regional de Sarzal.

Entrevistador: ¿Cómo se enteraron de lo que está ocurriendo en El Guasimal?

Bedoya: El 27 de diciembre del año pasado (2012), recibimos una noticia en nuestro canal local de Sarzal. Nos informaron sobre apariciones de seres extraños en el corregimiento de El Guasimal, que habrían comenzado a principios de noviembre. Decidimos organizar una expedición al día siguiente para recoger información y realizar entrevistas a los testigos.

Entrevistador: ¿Qué pensaste cuando escuchaste esta noticia por primera vez?

Bedoya: Siempre he estado interesado en la posibilidad de la existencia de seres
extraterrestres. Considero que es razonable pensar que en la inmensidad del universo
podrían existir otras formas de vida inteligente. Con tantos soles y planetas en nuestra galaxia, y considerando que hay miles de millones de galaxias más, parece improbable que estemos solos en el cosmos.

Entrevistador: ¿Cómo organizaron la expedición para venir aquí? ¿Cuántos participaron y qué expectativas tenían?

Bedoya: Después de recibir la información de nuestros televidentes, nos preparamos para salir temprano el 28 de diciembre (del 2012). Viajamos en un vehículo proporcionado por el dueño del trapiche. Llegamos alrededor de las 10 de la mañana. Veníamos muy emocionados, ya que era una oportunidad única de reportar sobre un fenómeno tan fascinante y misterioso. El equipo estaba compuesto por tres personas: yo, Steven López, y Diana López Calderón, una estudiante de la Universidad del Valle. Este tema siempre nos ha generado mucha curiosidad e interés.

Entrevistador: ¿Podrías contarnos más sobre el equipo que vino contigo?

Bedoya: Claro, Steven se encargó de la asistencia técnica; es el asistente en el canal y siempre está involucrado en muchas actividades. Diana Calderón, nuestra reportera, también forma parte del equipo. Ella ha estado con nosotros en muchas coberturas y reportajes.

Entrevistador: ¿Cómo organizaron las entrevistas y qué equipos trajeron?

Bedoya: Vinimos con cámaras y todo el equipo necesario, aunque era bastante sencillo. Trajimos un equipo prosumer, una cámara manual sencilla, pero adecuada para recoger testimonios. Llegamos a este sitio y empezamos con la primera entrevista. Luego nos dirigimos a otros lugares del corregimiento para conversar con más gente.

Entrevistador: ¿Cómo fue el día y qué sucedió al anochecer?

Bedoya: Durante la mañana y parte de la tarde, realizamos entrevistas. Un joven que había tenido un avistamiento cercano nos acompañó a varios sitios donde sabíamos que otras personas habían tenido experiencias similares.

Al caer la tarde, nos preparamos para realizar una vigilia aquí, en este mismo lugar,
esperando propiciar la presencia de esos seres. Nosotros creemos que son seres superiores en su desarrollo tecnológico y espiritual, y los asimilamos a los ángeles de los que hablaban los antiguos. Creemos que estos seres que nos visitan hoy son los mismos que antes se consideraban ángeles, realizando prodigios inexplicables para los humanos de entonces, cuando la tecnología y la información eran escasas.

Entrevistador: ¿Cómo transcurrió la vigilia?

Bedoya: Esa misma noche, comenzamos con la fogata.

Entrevistador: ¿Nos puedes contar cómo se llevó a cabo la vigilia? ¿Dónde la realizaron?

Bedoya: Para realizar la vigilia o ritual alrededor de la fogata, se nos unió don Guillermo Sorio, dueño de esta propiedad. Don Guillermo tiene estudios avanzados en conocimientos esotéricos, ya que es parte del movimiento gnóstico internacional, que tiene una fuerte presencia en Colombia. Él dispuso los elementos necesarios y dirigió movimientos y oraciones. Estábamos en medio de este acto cuando los perros se alteraron; sentimos una energía extraña y pudimos ver cómo uno de los seres se encontraba con otro en medio del cañal. Las hojas se movían, y los seres se desplazaban con una rapidez increíble.

Uno de ellos se posicionó en un guásimo cercano, mientras que nuestro compañero Steven, que estaba subido a un árbol, les hacía señales con una linterna, usando código Morse. Los seres respondían a estas señales con luces desde los árboles, lo cual nos sorprendió mucho. En cuestión de segundos, se movían de un lugar a otro, haciendo señas con luces en respuesta a nuestros intentos de comunicación.

Entrevistador: Cuéntame, de nuevo, cómo comenzó la fogata y cuál fue el propósito del ritual. ¿Qué detalles puedes darnos?

Bedoya: Partiendo de la creencia de que estos seres son espirituales y de un desarrollo superior, ya que si han logrado llegar hasta aquí desde dimensiones inmensas utilizando agujeros de gusano o ventanas astrales, pensamos que un ritual podría ser un medio para comunicarnos con ellos. La fogata, como uno de los elementos sagrados para nosotros los terrícolas, fue el medio que elegimos para este acercamiento. Recolectamos la madera adecuada, organizamos las piedras como correspondía, y realizamos las oraciones e invocaciones pertinentes. En unos 15 minutos, los seres aparecieron.

Sin embargo, la entrevista y el avistamiento se interrumpieron cuando llegaron unos jinetes de una cabalgata de Zarzal. Eran entre 8 y 10 personas, algunos de ellos ebrios, y quisieron subir a la loma. Los seres, de alguna manera, indicaron que nadie debía subir, y así concluyó nuestro encuentro ese día.

Entrevistador: ¿Grabaron algún material?

Bedoya: Sí, realizamos grabaciones, aunque no se ve claramente la luz que emitían. Según los testigos que los vieron de cerca, la luz emanaba de su pecho. Capturamos su mensaje de luz, y este material está disponible en un video que se encuentra en YouTube.

Sentimos una gran emoción y alegría al darnos cuenta de que estábamos a punto de tener la oportunidad de entrevistarnos con seres de otros planetas. Sabíamos que muchas instituciones gubernamentales niegan o ocultan evidencias sobre estos encuentros, lo que hacía que nuestra experiencia fuera un privilegio. Nos preguntábamos por qué nosotros teníamos esta oportunidad única de estar tan cerca de ellos y de poder comunicar lo que otras personas habían visto durante el día. Fue una sensación de privilegio y alegría, una señal de que las civilizaciones superiores están comenzando a visitarnos de nuevo, con la posibilidad de aprender de sus conocimientos, creencias y avances.

Personalmente, no suelo sentir miedo. Ante el temor, siempre avanzo; el miedo no me detiene. En ese momento, sentí una mezcla de emoción por lo desconocido y gratitud por la experiencia, pero no miedo. Nos encontrábamos en un lugar apartado, rodeados por estos seres, y me preguntaba qué podría pasar. Don Guillermo y Diana fueron los primeros en percibir su presencia, junto con los perros que empezaron a alterarse.

Nos habíamos pasado el día realizando entrevistas, lo que nos había familiarizado con el tema y con las experiencias de las personas que habían tenido encuentros cercanos con estos seres. Las declaraciones de los testigos coincidían de manera armónica, lo cual nos había preparado psicológicamente para lo que pudiera ocurrir. Aunque en un principio era un poco incrédulo, no podía evitar pensar que podríamos tener el privilegio de ser abordados por estos seres. Esto no solo confirmaría los testimonios, sino que también nos haría partícipes de un mensaje importante. Parecía que ellos estaban dispuestos a comunicarse con nosotros y a transmitirnos un mensaje de gran relevancia, relacionado con su propósito en nuestro planeta. La disposición general era de expectativa espiritual.

Como mencioné antes, entendemos que estos seres poseen una evolución espiritual superior a la nuestra y que su propósito es principalmente espiritual. Vienen a compartir normativas y consejos sobre cómo manejar mejor este hermoso planeta, que, según ellos, es un lugar muy complejo pero increíblemente diverso y rico en especies. Su intención parece ser guiar a la humanidad hacia un mejor cuidado de la Tierra.

El primer indicio de que algo estaba sucediendo fue cuando los perros comenzaron a
alterarse. Aquellos que estaban de frente vieron a un ser corpulento, de aproximadamente 1.80 a 1.90 metros de altura, con un físico muy curioso y ágil. Este ser pasó por una zona sin necesidad de saltar, y fue evidente que otro ser se acercaba para encontrarse con él.

Este fue un momento crucial, especialmente después de un día lleno de entrevistas.
Sentíamos una mezcla de escepticismo y anticipación, ya que tener la oportunidad de estar tan cerca de estos seres más avanzados era un privilegio. Al observarlos pasar, se podía sentir una energía muy diferente a la nuestra. Se encontraron rápidamente en un cañal cercano, y nosotros intentamos comunicarnos con ellos, buscándolos para confrontarlos o ponernos a su disposición.

La emoción y los nervios eran palpables entre las cuatro personas presentes, hasta que llegaron unos caballistas, interrumpiendo el momento.

Después de este encuentro, estábamos aún más convencidos de la importancia de la
experiencia. El hecho de haber recibido señales de luz y de haber tenido un pequeño
intercambio de señales mediante el sistema Morse nos hizo sentir que jugaríamos un
papel en cualquier propósito que estos seres tuvieran. No creíamos que su visita fuera
simplemente por turismo; había un propósito más profundo y significativo detrás de su
presencia.

Como mencioné, entendemos que estos seres tienen una evolución espiritual mayor que la nuestra y que sus intenciones son principalmente espirituales. Su propósito parece ser guiarnos y aconsejarnos sobre cómo manejar este hermoso planeta, que es muy complejo pero increíblemente diverso y rico en especies.

El primer indicio de su presencia fue cuando los perros comenzaron a alterarse. Aquellos que estaban de frente vieron pasar a un ser corpulento, de aproximadamente 1.80 a 1.90 metros de altura, con un físico peculiar y gran agilidad. Este ser cruzó la zona sin esfuerzo, y se encontró rápidamente con otro ser que venía al encuentro.

Este fue un momento crucial después de un día lleno de entrevistas. Era difícil creer que íbamos a tener esta oportunidad. El hecho de estar tan cerca de estos seres más avanzados nos llenó de emoción. Observamos que se cruzaron rápidamente en el cañal cercano, y nosotros nos preparamos para comunicarnos con ellos, buscando la mejor manera de interactuar.

La emoción y los nervios eran palpables entre las cuatro personas presentes, hasta que unos caballistas llegaron y interrumpieron el momento.

Después de este encuentro, nos sentimos más convencidos de la importancia de la
experiencia. El hecho de haber recibido señales de luz y tener un pequeño intercambio de señales mediante el sistema Morse nos hizo sentir que teníamos un papel en este evento. No creíamos que su visita fuera simplemente por turismo; debía haber un propósito más profundo y significativo detrás de su presencia.

Traíamos una linterna preparada para este tipo de oportunidad. Al ver la luz, los seres la recibieron y respondieron con señales intermitentes. Preguntamos de dónde venían, y respondieron que eran de fuera del sistema solar y que habían venido para quedarse. Esto se corroboró con los testimonios recientes de la gente, que mencionaron haber tenido avistamientos similares en los últimos días.

Personalmente, esta experiencia aumentó mis convicciones sobre la existencia de vida extraterrestre y que algún día la humanidad recibirá a estos seres para avanzar y evolucionar, dejando atrás las limitaciones actuales. Esta es una oportunidad crucial para la humanidad de abrirse a nuevas posibilidades.