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Ejemplo de la Ley de Amper

Conocido será la relatividad del espacio-tiempo conforme a la teoría de Einstein. Bien, sin "ir más lejos", he encontrado otra cuestión similar con lo que ocurre en el espacio y que nos proporcionará una mira diferente del mismo.

Supongamos un gedankenexperiment (experimento mental) que fácilmente un físico podrá realizar en su laboratorio.

Supongamos una esfera de metal cargada eléctricamente a la cual se le adhiere una brújula B1 que se dejará caer. Contigua a su recorrido vertical se aproxima una segunda brújula B2 alejada a igual distancia de su centro que la otra y que, estando fija, experimentará a su lado el recorrido móvil del conjunto.


Conforme a la ley de Amper sabemos que toda carga móvil genera a su alrededor un campo magnético. Y esta esfera no será exenta del fenómeno. Por ello, para la B1 aunque esté cayendo con la esfera seguirá señalando el Norte; pero, la B2, al pasar por su lado la esfera, cambiará su señalamiento y no lo hará al Norte en ese instante.

Y aquí la cuestión y conflicto. Si las líneas de fuerza de la ley de Amper son circulares y mueve a una brújula (B2), ¿porqué no lo hace también con la otra (B1) si están ambas en el mismo camino y a igual distancia del centro de la esfera?

Esto podría ocurrir si las líneas de fuerza se curvaran evitando influir sobre B1, cosa que no lo veo posible por la ley. Otra explicación es que la Teoría de la Relatividad einstiana implique un efecto tal por el cambio de coordenadas referentes entre B1 y B2, pero como la velocidad de caída es muy lenta con respecto a la de la luz, tampoco lo justificaría.


Seguido presento esta misma explicación pero ampliada:

Supongamos que se dispone de una pequeña bolilla de hierro cargada eléctricamente, y que se deja caer. Al lado de este camino a 1 cm de distancia ponemos una brújula B2 que llamaremos posición M, y que se encuentra obviamente orientada al Norte magnético.

Al pasar por su lado, conforme a la Ley de Amper, se generará un campo magnético H que hará que en un momento la brújula deflexione (o sufra una fuerza que le induzca a ello). Hasta aquí ninguna novedad, puesto que la carga de la bolilla se mostrará para la brújula como una corriente I circulando.


En este punto de deflexión la ecuación indicará lo siguiente:  I = H. x = . 2 cm. H  y, se esperará entonces, que este H circule por tanto alrededor de la esfera. En el otro extremo, que llamamos N y a otro también 1 cm, debería existir también el mismo H. Pero no es así.

Si adosamos una segunda brújula B1 a la esfera en esta posición N, y repetimos el experimento, esta no sufrirá ninfún desplazamiento (o fuerza que la induzca a ello).

Deducimos por tanto que la Ley de Amper se halla solamente "localizada" en M. Vemos de esto que la Ley de Amper en su forma simple es una descripción global del comportamiento del campo magnético y no necesariamente predice uniformidad en todas las posiciones alrededor de la esfera cargada.


Yo sé que este fenómeno para un físico no es novedad, que es algo perfectamente explicable. Y esto es así porque se fundamentan en una matemática, en una abstracción mental que les provee satisfacción de contenidos.

Pero lo que ocurre en verdad, no como fenémeno doble y aislado uno del otro, sino superpuesto, ellos no lo pueden explicar. Se cae en una decoherencia como lo es la misma Relatividad temporal de la velocidad de la luz en el vacío como invariante. Así, he llegado a la conclusión de que este ejemplo es un reto Gnoseológico (teoría del conocimiento de las cosas) y que pertenece al área e incumbencia de la Filosofía.

Observe la respuesta que ha dado el chat-GPT de inteligencia artificial de la OpenAI ante mi pregunta de este tema en marzo del año 2023, muy objetable por cierto:

Mi preguntaSi el espacio de observación es el mismo, no puede en un punto generar un campo estacionario y en otro cambiante. Se comprende?
La respuesta
Sí, entiendo lo que quieres decir. Si entiendo bien, tu argumento es que la ley de Amper sugiere que un campo magnético estacionario en un punto del espacio debería generar un campo magnético estacionario en cualquier otro punto del espacio, lo que aparentemente contradice la idea de que un campo magnético generado por una bola cargada eléctricamente que cae pueda ser estacionario en su inmediato y cambiante a distancia. En este caso, debemos tener en cuenta que las leyes de la física, incluida la ley de Amper, son aproximaciones a la realidad y no pueden describir con precisión todos los aspectos del universo. En situaciones muy específicas, como la que estás mencionando, las leyes de la física pueden parecer contradictorias o inexactas. Esto no significa que las leyes sean incorrectas, sino que tienen limitaciones en su capacidad para describir la realidad.

El ser humano no está "preparado", siendo optimista digamos "todavía", para entender y explicar ciertas cuestiones del ámbito externo a nosotros con nuestra individualidad pensante, a poder comprender en su totalidad (por lo visto holística) el dominio del mundo real y físico existente fuera de nosotros.

Pero he encontrado sí una posible explicación, muy "alocada" por cierto, ya que corta y modifica todo nuestro aspecto cultural y formativo que hemos tenido desde nuestra niñez.

Esta respuesta que yo he encontrado sin embargo sí cuadra con la filosofía que observara Immanuel Kant en su "Estética Trascendental", que nos dice que el espacio-tiempo no se encuentra en el fenómeno (realidad de afuera nuestro) sino que son conceptos internos a nosotros. Ambos los usamos para darle las "formas" a los objetos.

Dicho de otra manera, lo que llamamos "espacio" en la realidad de la Física como lo serían los lugares que ocupan ambas brújulas, no lo es. Así, dicho de otra manera, observamos que el espacio de un fenomeno electromagnetico puede no darse igual en los objetos.

Ambas brújulas comparten un "dominio" que no es el espacio comunitario (camino de las líneas de fuerza). Si una brújula (B1) se mueve y no la otra (B2 conforme a nuestra referencia observadora), seguramente es que no están en el mismo espacio o camino del fenómeno (líneas de fuerza de la ley de Amper). Esto es decir que no existe el espacio según nuestros hábitos racionales.

Así entonces, se concluye que el espacio no es el ámbito o dominio demarcado por los limites de un objeto (es decir lo que "ocupa"). Sino que el espacio es algo nuestro, donde el objeto es identificado en ello, o sea en nosotros mismos pero no en el fenomeno.

Éste es el motivo por el cual nadie puede mostrarnos un trozo de espacio (ni de tiempo), sino delimitado a los objetos que con sus formas dadas por nosotros mismos lo configuran.

Por esta cuestión en un espacio así identificado puede haber superposición de fenómenos y determinar en nosotros una decoherencia, tal como ocurre muchas veces en la Física Cuántica cuando la contrastamos con la Física Clásica o en sí misma. Para este ejemplo dado, la superposición consiste en darse la ley de Amper en un espacio y a su vez su ausencia en el mismo.


El mismo Eddington nos enseñó que las tres dimensiones conocidas de nuestro mundo son solamente una convención y limitadas a nuestra capacidad ocular de percepción visual.

Hablemos ahora del tiempo. Pues así como el espacio no existe en la realidad física, tampoco el tiempo observó Kant.

Y esto último acusa una develación. A saber, que los objetos no se configuran necesariamente a lo largo de una flecha termodinámica física del mundo de los objetos. Sino que se explicita el tiempo dentro nuestro donde el pasado, presente y futuro son un todo único.

Esto justifica la "atemporalidad" de muchas cuestiones como lo es el concepto de "eternidad", el del "para siempre" (infinito temporal) e inclusive el de la anticipación del efecto a su causa (premonición o anticipación de un suceso).

Ya las ecuaciones que desarrollé en mi Matemática Trascendental (sitia en mi obra "Filosofía Crítica Trascendental", Cap. 01, # Filosofía Crítica Trascendental, § Cálculo diferencial trascendental) explican la cuestión. Su link.

Aquí lo que sentimos en nuestro interior (que se acuña como "trascendental" metafísico porque "siendo un conocimiento es la condición que posibilita" el efecto) se aplica al fenómeno "discretizándolo" en la misma atemporalidad de la perfecta abstracción de la eternidad, e interpretado a través y con la ayuda del operador de Kronecker "delta de Dirac" (
) como funcional o bien función de distribución de las objetividades del mundo físico. Para una operativa que también con tenga al espacio resultó el vector operador gradiente-velocidad = [ ]T.

Observe, conforme a la Teoría de la Relatividad, que no existe un reloj universal, sino que el tiempo nos es propio e individual del resto; cada ser es individuo y sujeto a lo universal o absoluto. Esto habla a las claras que esto del "tiempo" está sólo dentro nuestro. Y hasta el "ahora" es algo subjetivo, quizá una "ilusión". O, como dirán algunas personas: "El tiempo es sólo un producto de la consciencia".

No hay nada en la Física, ni Ley siquiera, que vaya a negar que el tiempo pueda ir hacia atrás, y esto es así porque el tiempo no le pertenece, prque no está en el nóumeno (dominio "motriz"). La misma Entropía es una Ley probabilística, que habla de "posibles" y no de "absolutos", siendo por tanto sólo aproximada. Podría, quizá, ser la consecuencia de la cuestión, pero no necesariamente lo intrínseco que justifique a la "flecha termodinámica". Yo no he visto nada radical, es decir "de raíz", que justifique a esta Ley; es algo sólo producto de lo empírico, tanto en lo fáctico como en lo informático.

Por eso las alteraciones psíquicas dadas por psicotrópicos (drogas, alcohol, etc.), estados oníricos (sueño paradójico, hipnagógico, sonambúlico, hipnoídeos, etc.), estados emocionales (placer, angustia, sufrimiento, etc.), etc., nos hacen percibir a veces los objetos en sus espacios y tiempos deformados (estiramientos, compresiones, atemporalidades, etc.). Las alteraciones neurológicas modifican nuestro espacio-tiempo y acomodan las formas del fenómeno a otra cosa.


Ejemplo de la Paradoja de la Escalera

Una tercera forma (las que ejemplifican la exposición de la de Kant en su Estética Trascendental han sido hasta ahora sólo dos: primero la Teoría de la Relatividad de Einstein y segundo la del ejemplo anterior de la Ley de Amper) en que podríamos corroborar que el espacio no se encuentra en el fenómeno sino a priori dentro nuestro desde el nacimiento. Sería entonces quizá ahora una tercera con el siguiente ejemplo que puede ver en este video.

Este ejemplo que nos proponemos indagar es uno más de los tantos que hay en el concepto de Límite de una Función, cuyo análisis puede ver en este otro link.

Aquí en la infinitud misma (algo infinitamente pequeño o bien infinitamente grande) la forma de los "triángulos" han cambiado, pero no la proporción con el diámetro de la circunferencia. Vemos que entre ellos la proporción es de valor constante lesc/lcirc = 8/2
= 4/ y que la forma tiende al triángulo equilátero perfecto.

Uno esperaría que la suma de los lados de los "triángulos" coincidiera con la cuerda, o sea que lesc/lcirc =1, pero no es así. Y esto porque el espacio contiene su propia identidad dentro nuestro y no en la realidad física.

Así las cosas, se comprende que dicha forma es algo dado por nosotros pero que no se mantiene en la realidad física, sino que tiende a la "perfección platónica".

Un caso particular es este otro caso que puede ver y que recibe el nombre de "Paradoja de la Escalera". Aquí la forma se mantiene y la proporción lesc/ldiag = 2/
2 también.

Cuando las fracciones ("triángulos") son perfecciones (triángulos), como en este último caso, se confunde el espacio exterior con el nuestro interior y nos engaña la cuestión haciéndonos creer que el mismo se halla afuera de nuestra individualidad.

Entonces... ¿qué pasa uno se pregunta? Bien, un matemático daría la respuesta diciendo que la Longitud de ambas cuerdas son diferentes porque su Convergencia también lo es. O sea, apropiadamente hablando, podemos decir finalmente para concluir que la Convergencia de las Derivadas de cada una de ellas no es la misma.

No entraremos en la complejidad matemática que implica esto, por cierto y además se sabrá que hay abundante bibliografía del tema, sino que lo analizaremos desde el punto de vista nuestro; esto es, de lo que defiendo en toda mi tesis gnoseológica.

En esto cobra importancia el concepto de Derivada que mencionamos, como expreso en mi obra(*1), aplicado en mis estudios como función de distribución trascendental
= [ ]T, que podemos simplificar para una sola variable: la espacial como .

Y ésta, nos es propia de nuestro sentir interno, de algo que traemos desde el nacimiento y que se funde en el mundo del fenómeno presentándose con carácter de "eternidad".

Por esto, cuando sentimos y pensamos al "triángulo", es éste un concepto espacial que ponemos nosotros desde "el vamos", y luego, si encuadra o no en la proporción, nos producirá un efecto reflexivo de comprensión como "apariencia".

En suma, sé que estos conceptos son de difícil comprensión y entendimiento, pero no crea que me encuentro volando epistemológicamente, sino que les presento una seria y profunda reflexión de la explicación de lo que en verdad ocurre.


Falla en la percepción sensible

Muchas veces miramos un objeto, sobre todo pequeño y cuando nuestra vista pareciera descansar, que se desplaza de continuo en pequeña medida y, obviamente, no sufre este cambio. Suelen pasar las fracciones de segundo y, viendo la velocidad del supuesto desplazamiento, luego de desvanecerse la ilusión uno esperaría que se halle más adelante cubriendo el recorrido esperado. Y no, no es así sino que se conserva igual en su sitio.


Existen también infinidad de ejemplos con imágenes prediseñadas, como puede ver en este caso. Esto es lo que se llama una falla en la percepción del movimiento.


Bueno, sin pretender dar una explicación biológica o física del efecto, sí pretendo dar una psíquica. Y esto es, como vengo sosteniendo en mis estudios, que el espacio-tiempo no se hallan fuera nuestro, sino dentro. Éste sería un cuarto ejemplo que he encontrado que sostiene el principio.


Ejemplos que verifican al espacio-tiempo dentro nuestro

He hallado hasta el momento 4 ejemplos explicativos del fundamento kantiano en su Estética Trascendental indicando que el espacio-tiempo se hallan a priori dentro nuestro y no pertenecen al mundo del fenómeno (realidad que se nos aparece como externa a nosotros):

1- La Teoría de la Relatividad. Su link explicativo.
2- La paradoja de la Ley de Amper. Su link explicativo.
3- La Paradoja de la Escalera. Su link explicativo.
4- Falla en la percepción sensible. Su link explicativo.


Conjeturas sobre los viajes temporales
(Este planteo lo he realizado el 21/09/23)


Cuando se dan viajes temporales, hacia adelante o atrás, se observa que no se presenta ningún ser vivo. Esto debe ser necesariamente para evitar crear conflictos. Lo que me llama mucho la atención es que estas ausencias se producen con las condiciones de contorno incluidas, como lo es la indumentaria.

Superando esta dificultad, es decir, aceptando la individualidad de esta manera en los seres vivos, trataré de comprender la fenomenología que se presenta.

Sabemos que toda apariencia o fenómeno es la preforma al nóumeno disponible. Si dentro de nosotros vivimos una experiencia temporal diferente a la que estamos llevando, será de esperar que el nóumeno que se presente también será afectado.

Ahora bien, ¿por qué, con esta similitud a la actual, donde se supone que hemos configurado formas como fruto de mucho esmero y tiempo en conformarlas, como lo son los estadíos del niño en su psicología del desarrollo, es posible que en un instante conformemos el nuevo nóumeno?

Sabemos del fenómeno del 'missing time', que éste siempre ocurre y afecta lo vivido en la fenomenología extraña que analizamos. Es casi evidente que estos 'momentos en sí', ya sean propios o impropios, están preformando al nóumeno, y son necesarios.

Dichos cambios suelen ser de decenas de veces, aparentemente suficientes para un cambio de ambiente. Y esto es lo curioso, ya que al niño le ha llevado años dar forma a los objetos del patio (cognoscibles de Nicolai Hartmann).

Esto sugiere que cada intervalo de 'tiempo en sí' contiene un inmenso contenido de su misma especie, es decir, tiempo. Por lo tanto, será necesario volver a analizar aquí los 'momentos' a los que se refería Immanuel Kant al analizar la Convolución Laplaciana(*2). Reproducimos su contenido:

"Se trata, pues, de ver cómo una cosa [...] Todo cambio es, pues, posible sólo por una acción continua de la causalidad, que en tanto que es uniforme se llama momento. El cambio no se compone de estos momentos, sino que resulta como su efecto. Tal es la ley de la continuidad de todo cambio. El principio de esta ley es: Ni el Tiempo ni el fenómeno en el Tiempo, se componen de partes que sean las más pequeñas posibles, y sin embargo, la cosa en su cambio no llega a su segundo estado sino pasando por todas estas partes como por otros tantos elementos. [...] innecesario explicar cómo es posible. [...]"(*3)

y vaya por favor a este enlace para comprender la Convolución de Laplace como respuesta al impulso.


Seguido reinterpretaremos lo que nos ha dicho el genio de Kant pero transcribiéndolo a una comprensión científica, donde obviamente a lo que ha llamado "acción continua de la causalidad" le corresponde el acumulamiento en el momento "t"

"Se trata, pues, de ver cómo una cosa [...] Todo cambio es, pues, posible sólo por un acumulamiento en "t", que en tanto que es uniforme se llama momento ("t"). El cambio no se compone de estos momentos, sino que resulta como su efecto (sumatoria o integral en "t"). Tal es la ley de la continuidad de todo cambio (la Convolución). El principio de esta ley es: Ni el Tiempo "t" ni el fenómeno en el Tiempo f("t"), se componen de partes que sean las más pequeñas posibles ("
t"), y sin embargo, la cosa en su cambio ("y(t)") no llega a su segundo estado sino pasando por todas estas partes ("t") como por otros tantos elementos. [...] innecesario explicar cómo es posible. [...]"

Por tanto, si
es un t, en un pensamiento de orden superior podríamos observar que está formado por infinitas infinitudes, y nada lo impediría. Entonces, la riqueza del tiempo se expande sin límites hacia una indeterminación infinita de contenidos, tal como lo explicó Kant al decir 'todas estas partes son como por otros tantos elementos'.

En otras palabras, que tengamos un intervalo pequeñísimo no implica que no tenga en sí mismo un contenido amplísimo. Esto se observa también en las infinitudes de lo infinito. O bien, que la infinitud, dada como lo infinitamente grande e infinitamente pequeño a su vez, implica que el final de los números positivos es también el comienzo de los mismos. Observe la figura explícita.

Ahora la pregunta original se transforma en otra: '¿Por qué el niño tarda tanto en preformar el nóumeno?' Bien, creo que la respuesta pasa por lo mismo que mencioné antes, porque en cuestiones de tiempo (y seguramente de espacio también) no existen ni lo grande ni lo pequeño, como tampoco comparativas de evaluación. El designio debe ser otro.

Por eso, no se halla ni se hallará el límite del espacio en lo microscópico (átomos, protones, quarks y leptones, etc.) ni en la expansión del universo (asteroides, planetas, sistemas, galaxias, cúmulos, superenjambres, etc.). Y esto porque estamos inmersos en lo que yo llamo un 'error protagórico' (de Protágoras: 'El hombre es la medida de todas las cosas').

Un insecto, como un mosquito, por ejemplo y aunque cause gracia, nos ve a nosotros taaan lentos como nosotros vemos a las plantas. Y, sin embargo, una rosa deja crecer sus espinas para defenderse de la depredación de aquellos agentes que viven en otros momentos más rápidos que ella. Espero explicarme.

Así, espacio y tiempo no tienen fin ni en lo más breve ni en lo más amplio. No poseen telos (fin terminado o final). Toda medida o referencia al respecto es un 'error protagórico'. Esto de tal manera que las expansiones y contracciones relativistas, con sus tiempos propios e impropios, de estas cuestiones no son sino un mero cambio de paradigma sin perder contenidos.

Así y finalmente, vemos que un ser vivo que preforma al nóumeno dándole forma fenoménica puede lograrlo tanto en un brevísimo tiempo-espacio como en otro amplísimo. Lo mismo da.


En todo esto, como bien observara Schopenhauer, nuestra limitación de comprensión holística se debe a que usamos una parte de nuestro cerebro: la causal. Es decir, solo damos por certeras aquellas cuestiones que tienen efecto a expensas de causas. Por eso, el comienzo y fin terminado (telos) son de difícil acceso. Ya para el año 2023, la ciencia empieza a sospechar que el tiempo no tiene un comienzo definido, desmintiendo al famoso Big Bang (ref). La noción del tiempo como algo sin un comienzo definido, a menudo se entrelaza con teorías en física cuántica y cosmología, donde los conceptos tradicionales de causa y efecto pueden volverse difusos.


Conjetura de la posible manipulación del espacio-tiempo
(Esta conjetura la he realizado el 08/10/24)

Es evidente que, al observar la aparición de animales prehistóricos y otros ya extintos, junto con las sospechas de viajes espacio-temporales alienígenas, y considerando que el espacio-tiempo es un "a priori" genético, se plantea entonces la posibilidad de que el espacio-tiempo sea manipulable como una "ousía". Así y por ello, observo que en la trascendencia existe la posibilidad de manipular el espacio-tiempo. En este sentido, la posibilidad de trascender las limitaciones del espacio-tiempo y alterarlo a voluntad se presenta como una hipótesis intrigante.

Si nos imaginamos que somos como una mezcla de agua y otro líquido en un recipiente, como podría ser el espacio-tiempo preformador del nóumeno en fenómeno de la realidad que vivimos, resultaría difícil reconocer que somos producto de un "servido y batido". Pero, y siendo así, entonces es probable que existan otros ingredientes fuera de nuestro frasco y que, mediante las manipulaciones de un Creador, se generen nuevas mezclas distintas a la nuestra. Este concepto podría describir la naturaleza del Universo en el que habitamos.


Conclusiones

Para ampliar el contenido desarrollado puede dirigirse al siguiente link.

Siempre pienso en cuanta verdad observara Jiddu Krishnamurti al decir, más o menos, algo así: "Si lo que buscamos es algo desconocido, debemos dejar lo viejo que conocemos, porque solamente lo nuevo lo hallará".

Cito un cuento sufí, esto es, sapiensal de aquellos antiquísimos maestros iniciáticos:

Estaba Nashrudin una noche afanosamente buscando algo en una sala. Lo ve un amigo y le pregunta:
— Perdiste algo?
— Mi llave
— Querés que te ayude a buscarla?...
— Bueno
Al cabo de un buen rato le vuelve a preguntar:
— Donde la perdiste?
— En la otra sala...
Asombrado y medio enojado el amigo le retruca:
— Pues vamos entonces allí
— No (le contesta Nashrudin), porque allí no hay vela para ver


Referencias

(*1) "Filofofía Crítica Trascendental", Cap. 6 # Física, § La cosa en sí de Kant
(*2) "Filosofía Crítica Trascendental", Cap. 6 # Física, § La Ley de causa-efecto, §§ De Hume a Kant-Laplace, y regreso a Aristóteles, §§§ Crítica de Kant
(*3) KANT, Immanuel: Crítica de la Razón pura, trad. por José del Perojo, rev. por Ansgar Klein, 5a ed., Bs. As., Losada, s/f, pp. 336-337 (A 212-213 y B 259-260).

Eugenio
09/03/21. Actualizaciones: 20/06/21, 31/07/22, 08/01/23, 26/03/23, 21/09/23
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